Aunque, la primera película no tuvo el encanto de la serie original, y según he podido averiguar, la crítica ha sido despiadada con esta última entrega (literal : han dicho que apesta), no puedo dejar de preguntarme ;y emulo con estas palabras a su protagonista, en porqué insisto en verla si ya sé que la historia después de la historia (ósea después del final de la serie) , en donde se responden a todas tus interrogantes, en donde puedes ver que fue después del “…y vivieron felices por siempre” , generalmente, no colma mis expectativas, ¿tengo un porqué? Yo creo que la respuesta la he tenido desde siempre. Es decir, desde que Carrie Bradshaw entró en mi vida, allá por el año 2000.
Resulta, que una noche, una soltera aburrida, atrapada en su juventud parrandera (Oh, sí! Que cárcel!), llegaba a su casa luego de salir con sus geniales amigas, también solteras (o al menos con vida de solteras); con algunas copas de más(bueno,muchas), luego de haber por ahí flirteado con algún chico (bueno,muchos); muy maquillada, muy bien vestida(siempre, já!), con unos tacos enormes, porque era (y todavía es) una enana y se me empeñaba en disimularlo. En fin, esa soltera, ósea Yo, entró a su habitación, encendió la tv sin importar el canal en el que estuviese, y mientras se quitaba el maquillaje, pudo ver a otra soltera que escribía en su laptop acerca del amor, la amistad, el sexo y las relaciones.¿Alguien dijo identificada?
Era la historia de una chica base 3, que llegó a Nueva York con la ilusión de ser escritora y por ahí, acaso, encontrar al señor perfecto, al único, the one, ósea el señor Big. Tenía 3 amigas: Charlotte, directora de una galería de arte, era la ingenua; Samantha, publirrelacionista, la liberal; Miranda, socia de una importante firma de abogados, la cínica, mientras, que Ella Carrie, la heroína escritora de una columna en un diario local, era la sentimental, la que mete la pata en el amor, pero siempre cree.
Cada día, se reunían en algún lugar de Manhattan, se tomaban unos Cosmopolitan y se contaban sus aventuras, penas, triunfos y desengaños. Todo esto en un marco de glamur, moda y la excitante Nueva York, la ciudad que nunca duerme. Todas vimos en Carrie, Miranda, Samantha y Charlotte a mujeres modernas, del nuevo milenio,divertidas,sexuales, seguras, inseguras, locas, estresadas, liberadas, conflictivas, dependientes, obsesivas, inteligentes, pero sobre todo : amigas. Las acompañé a lo largo de seis temporadas en las cuales Charlotte encuentra a su príncipe azul, se casa con Él y descubre que el matrimonio no era el cuento de hadas que imaginó, se divorcia y se enamora de Harry, su abogado, judío, peladito y feo, pero buena gente, totalmente fuera de su estereotipo. Miranda, luego de muchos novios y aventuras, tiene un hijo que no buscó con su ex novio de una bola (Steve tuvo cáncer a un testículo) para, finalmente y luego de renegar de las cursilerías del amor, casarse con Él. Samantha, se levantó a todo lo que tuviera pantalones (Me encanta esa mujer!), se hizo lesbiana (Sonia Braga era su novia brasilera) por unos cuantos capítulos y regresó a las andadas hasta enamorarse, cual Demi Moore, del chibolo Smith quien la acompañó cuando enfermó de cáncer. Sufrí la primera vez que el señor Big ,bien canalla, dejó a Carrie,y más, cuando la volvió a dejar para casarse con Natasha (la mujer de 5’10’’), y creo que lloré (siempre lloro) cuando el bellísimo Aidan,el novio perfecto, termina con Ella porque le fue infiel con el señor Big (siempre ese maldito), y luego cuando volvieron y la muy burra lo dejó. Finalmente, y luego de muchas idas y venidas, novios y terapia incluida, Carrie se queda con Big, ya regenerado…en París...
Quien diga que las amigas no son el mayor soporte emocional de una chica, miente. En uno de mis capítulos favoritos, el del cumpleaños n° 35 de Carrie, luego de un día terrible, Ella se sentía emocionalmente mal, sola, sin un hombre que la quiera, sin una maldita alma gemela, pero sus amigas están allí, a su lado, entonces llega a la conclusión que tal vez sus amigas son sus almas gemelas y los hombres solamente unos geniales sujetos con quienes salir y divertirse. Y si tengo que rescatar algo de la primera película es precisamente eso: la amistad que perdura. En la película 1, en la 2 ...¿habrá 3?...¿Ancianas y sexo en la ciudad? ... no suena mal, jeje, pero creo que la idea no es esa.
No voy al estreno, que de hecho será con alfombra roja y todo (Vivis, Tilsas y demás gentita de Chollywood) y hasta preventa hay porque me ha llegado el cherry al correo. Detesto las colas enormes y mis pies me lo van a agradecer, pero sí pienso en ir a ver esta película pronto, pronto. Me hubiera gustado hacerlo con mis “chicas sex and the city” pero las tengo diseminadas por el mundo (Saludos, Camiuch!), así que me llevo a mi querido y paciente esposo que se hace el que no. Y que muera el fútbol.Esta vez, nos tocará ver la boda de Anthony con Stanford, los encantadores amigos gays que se detestaron en todas las temporadas y, que gracias a la película, terminaron en chape. Ahora la continúan, con boda y las chicas hace un viaje a Medio Oriente, nada menos. También reaparece Aidan (suspirooooo) y le mueve el tapete a Carrie que anda medio conflictuada (¿cuándo no?) en su rol de señora Big. En fin, vamos a ver cómo nos va en esta nueva aventura con el closet de Carrie, esperadísimo por nosotras las fans de la serie, y mis neoyorkinas favoritas.