Erase una vez una joven señora (¡ejém!) que
de pronto encontró que tenía demasiada información en casa para compartir. La
verdad es que no pensó que le interesara a nadie, pero ella, de lo más valiente
y conchuda, se mandó a expulsar sus sapos y culebras de ese enmarañado pantanal
que era (y todavía es) su cabeza y creó un blog. Decía Santa Teresa que la
imaginación es la loca de la casa y esta bizarra señora (la del blog, no la
santa), pues no tuvo mejor idea que tomar ese concepto para darle nombre a su
locura. ¡Oh, imaginación! ¡Cuántos crímenes se comenten en tu nombre! Y para que
vean lo plagiaria que es esta mujercita, pues de la película “Little Miss
Sunshine” tomó todo lo demás. Por lo de la identificación, me imagino. Ella
viene de una familia disfuncional, con papá, mamá, hermanos, todos juntos y
revueltos, pero disfuncional al fin. Disfuncional: dícese de aquello que no
funciona de manera normal (según el Diccionario de mi Real Gana) pues, así ha
sido, así es, así será y no hay manera de cambiarlo. Pero eso sí, al igual que la protagonista de la película (que recomiento totalmente, dicho sea de paso) tuve un
abuelo entrañable y bastante idealizado. Al punto que no sé qué parte de lo que
cuento sobre él es verdad o mentira. Pero eso no me importa porque toda persona
necesita un héroe en su vida. Allí donde no pude mucho con papá, pues entró el
abuelo. Hasta aquí ya me di cuenta que dejé la tercera persona y qué miércoles,
¿no? Me he sacado la máscara y no me la pienso volver a colocar.
Soy Yo, Yo
misma, la que una vez necesitó hacer una catarsis en estas páginas. La que se
fue cuando se sintió mejor y la que vuelve ahora llena de cambios. Soy Yo y a
la vez siento que no lo soy. Porque sí hubo un cambio enorme en mí. Emocional,
personal, fisiológico, ecológico y todo lo que se te antoje agregar. Tuve un
hijo y me cambió la vida. Sé que eso es algo que lo dicen todas, pero hoy me
propongo ir más allá y hablar de eso, de esto y de aquello con total
honestidad. Bruno, que así se llama mi retoño, provocó en mi un cambio a las
mil revoluciones que ya estaban bailoteando en mi cabeza.” La Casa Llena de
Mrs. Sunshine” en algún momento casi se convierte en “La Panza Llena…” por mi
necesidad loca de explotar y decirle a todo el mundo que me habían mentido, que
eso de la dulce espera no era tan dulce, ya que me dolía la espalda horrores,
no podía dormir bien, andaba recontra sensible y llorona, y que de espera, nada, porque yo estaba
desesperada por ver a mi bebé y poder cuidarlo ya que mi panza me hacía sentir
muy insegura y amenazada por todas partes…pero lo dejé pasar, me ganó el sueño,
mis pies hinchados, la ansiedad de no perder mi trabajo y todos mis
pensamientos futuristas. Dejé mi blog, dejé de escribir, dejé mi catarsis.
Cuando
tuve a mi bebé es que recién entendí que todo lo que había pasado hasta allí, no
era nada. Eso no se recuerda porque es el paraíso cuando a una le ataca la
depresión post parto. Cuando las hormonas se te alocan y se dan tremendo
bajón…sálvese la que pueda. Pero como querer es poder, Yo pude, Yo puedo, Yo he
vuelto en versión mejorada.En el proceso ando y quiero confesar que ha sido muy difícil para mi escribir sobre esto. Miedo he tenido a montones, quizá por eso, un día, tal como al hermano de Olive se le dio por no hablar, a mí se me dió por no escribir. Hablaba más bien y mi vida era llorar cada vez que contaba que no podía con todo esto. Qué me dolía hasta el último pelo y que no podía conectar con mi bebé. La culpa era tan fuerte que hubieron momentos en que deseé morir. Me levantaba y caía. Es complicado para una persona insegura reconocer en qué te vas equivocando por la vida. Veía mi cuerpo y mi panza ya vacía y pensaba "¿Así quedaré?" ... y así no quedé...En menos de tres meses recuperé mi cuerpo de antes, pero eso no me hizo sentir mejor...porque la "pensadora" estaba ahí. No podía dormir, no podía ser la de antes, nada estaba bien en mi mundo. Y las personas no me ayudaban porque en mi círculo familiar más cercano por darme amor, me escuchaban llorar y llorar, como si cantara una ranchera...¡qué bonito amor! ¡já!
A las personas que me seguían y que probablemente ya no me seguirán, les doy las gracias. Y normal no más, cuando quieran , se dan su vuelta y todo como antes. A mis amigas bloggers que sigo por el Facebook, millones de gracias por todo su cariño, especialmente a Ana de Coffe Break y Rocío De Casa Haus, quienes siempre tienen frases tan lindas para mi que me hacen sentir una reina. Las quiero mucho y entre mis objetivos está, un día no muy lejano, caerles por el mero, mero México Lindo y Querido para tomarnos unos tequilitas, con su limón y sal. Algo que me tienen que enseñar porque de verdad, tengo muy poca cultura alcohólica...maaaaaaaaaaaal, remaaaaaaal, de mi parte.
A mis familiares y amigos en general...hoy los aprecio muchísimo que más que antes. Aprendí que soy la más feliz de este mundo y que Uds. hacen parte de mi felicidad. Un favorcito, si empiezo con la quejantina y el lloriqueo, please, pídanme que deje de joder!!!!!!
He vuelto, pues, reloaded. Viva Yo ¡Carajo!