31 dic 2010

Canta, ríe y bebe

Y nada. Que otro año se nos vá ( Colón!)  y simplemente entré para desearles muchos éxitos y felicidad, pero también (y no por eso es menos importante, ojo) para agradecerles por leer, por comentaaaaar, por lo buena onda y por todo, todo. A mis amigas y amigos bloggers les envío un gran abrazo. Son una gran inspiración para mí y el motivo principal por el cual vuelvo siempre a la web. Y a los que me siguen...mi admiración ¡ queeeeeee pacienciaaaaa! jajajajaja, bueno, son lo máximo y como diría Gollum: "mi tesssoooorooo".
Ahorita ando en Cajamarca (hermosísima ciudad), hace frío y estoy lejos de casa, pero en compañía de mi C que fue quien me animó a recibir (otra vez) el año nuevo viajando. Ya compré mis flores amarillas y mi ruda para atraer la buena vibra y espantar la mala...¡si mi madre me viera! A que me excomulga por supersti "sonsa", jajajajaja, pero así me divierto. Más tarde, bajamos a la Plaza de Armas a ver que hay y en dónde nos podemos perder. Esta ciudad no sólo es acogedora , sino que está cargada de historia y harta naturaleza.
Mil besos a todos, todos y difruten de este momento, porque es único e irrepetible...como cada día de la vida.

¡FELIZ AÑO NUEVO 2011!!!!

28 dic 2010

Cuando China Toon encontró a Harry

Me gustaría tener para contar una historia al estilo “When Harry met Sally” ,  orgasmo fingido de por medio, a lo Meg Ryan , ya que el título de este post puede inducir a pensar algo calenturiento, pero a menos que me haya vuelto zoofílica ( que no está en mis planes, por el momento), no pasa nada, ya que Harry es un perro bulldog. Ya va. Antes de pasar a explicar quién es el mencionado can, debo aclarar que esto de vivir en un mundo tan globalizado como el de hoy resultó más que interesante. Digamos que ya no hay secretos bien guardados  o verdades ocultas que las redes sociales no divulguen o revelen. Para los bobos hay mucha tinta, claro está, pero no me refiero a la manía que tenemos de publicarlo todo en el Facebook (FBK), del tipo : “Se me rompió la uña, buuuu” ( A mí que mier…) o “Ser tu esposa es mi mayor orgullo, bebito” (que sí lo escriben, eh? )Aunque Tú y Yo estemos de acuerdo en que hay que ser bien poca cosa, para llenar tu muro con tremendas sandeces, pero cada cual con su tema, a lo que me refiero es a la fantasía que puede despertar en algunos el tener una herramienta tan poderosa como el Internet, de la cual puedes obtener todo y nada a la vez, pues encuentras las historias más increíbles, las afirmaciones menos sustentables pero hechas con total seriedad y con el correcto uso de las palabras, de forma tal que estamos dispuestos a tragarnos todo el bocado. Así de tarada es nuestra sed de saber. Al igual que encuentras “letras” también vas a encontrar fotos , las más alucinantes imágenes tomadas muchas veces por un total y completo desconocido y repetidas por todas partes, sin permisos o créditos. Pues, bien, hace poco, a esta China , con sus treintitantos años a cuestas y todos sus diplomados en la escuela de la vida, cierto caballero a quien consideraba su amigo le vio la cara de Pavarotti y la hizo sentir como Candy Blanca. La más tonta. Uuuuuuuuh
Esta historia, que por el alto contenido imaginario  bien podría equivaler al WikiLeaks  de nuestra amistad, empieza con otra historia contada por mi Narrador de cuentos moderno. Una en donde mi querido amigo hacía un viaje de encuentro consigo mismo, de esos que ves en las películas, en donde el protagonista, en frente del mar, cambia su perspectiva de la vida porque, ¡Oh, maravilla! Tiene la suerte de conocer a un enviado del Señor, un seguidor  de Bambarén y su libro “El Delfín”, un "maestro" que dejó fama y fortuna para vivir de la naturaleza. Entonces, este señor, en medio de fogatas, vino y una excelente conversación (no olvidar las canciones de Juan Luis Guerra, porque el hombre también tiene un delicado gusto musical. Sensible a morir), acompañados de una guitarra, le enseña los secretos zen del buen vivir…y a correr tabla, muérete. Mente sana en cuerpo sano, además de los tips básicos para cambiar tu vida, para hacerla linda y que no te preocupe ni bañarte. Transformado en poco más que una versión local de Paulo Coelho y el Dalai Lama, mi buen amigo regresó a Lima Limón a contarme su historia y colgó en su FBK las fotos del encantador perrito del buen hombre este, émulo del Sai Baba. ¿Baba dije? Babas las mías que me tragué el cuento. 
Porque sí, además se largó con una historia del perro. Para que veas que su mentor era taaaan profundo, que el perro tenía pedigrí y hasta amigos.  Fotos del perro de espaldas, de frente, revolcado, corriendo y de los amigos de frente, de perfil, de costado…y cuentos van, cuentos vienen. Ahí estaba Yo, la gran cojuda, haciendo comentarios al perro. Guau, guau! Pero como siempre digo, las mentiras tienen patas cortas. Resultó que una amiga que tengo en FBK y que no es amiga suya, comentó las fotos de otro tipo que no conozco y salieron pues, sus comentarios en el muro. Ver las “fotografías de mi amigo “  o mejor dicho “su silueta contra el sol pescando “ (porque no se ve su cara)y volando en un paracaídas ( porque "también" es un as de los deportes de aventura y tampoco veo su cara, pero él sí que vio la mía)  no hizo más que picar mi curiosidad por saber si todo lo que hasta ahora sabía de él era mentira. Es decir, quise confirmar lo que a gritos me decían todas sus conversaciones y sus múltiples monólogos. Porque sí, cada que hablábamos era una suerte de “Yo hice esto, y aquello, y yo, yo, yo,yo,yo”  y la tonta escuchando. Bueno, el caso es que no fue difícil encontrar en la web la forma de desbaratar esta y muchas de sus historias. La del perro fue la más simple de todas. Ahí es donde conocí  Harry, que así se llama el perro y no Patán como él, imagino que recordando al dibujo animado de nuestra infancia, lo había rebautizado. Las fotos reales son del 2008 y las historias del Narrador de cuentos “ocurrieron” este último verano. Todo lo encontré en esta página. Rico el perrito ¿cierto? http://harrybulldog.wordpress.com/2008/08/11/un-bulldog-en-la-playa/
 Y allí me di cuenta que en realidad no sé quién es él y tampoco es tan importante. No siento rabia, es más. Sigo siendo amiga de ese fantasma salido de su imaginación, que válgame Dios, es tan fértil que no merece mi lástima, pero tampoco mi admiración. Sigo siendo amiga de algo que no existe, porque el dueño de esos cuentos para mí, es un completo extraño y aunque ya me ha pasado la furia, ni ganas tengo de hablarle porque no hay parte de las cosas que me tenga para decir que no vaya a cuestionar luego de esto. Al principio me sentí amarga conmigo misma, pero la verdad es que en mi cabeza nunca entró la idea de tener que lidiar con un mentiroso compulsivo que se acerca a los 40. A mí vienes y me hablas de libros, de viajes, de las cosas de la vida y no tendría por qué dudar de ti. Claro, tal vez el afecto ciega más de lo debido, pero me parece normal que a la gente adulta le ocurran cosas singulares. No caí en cuenta que a cualquier edad uno puede desear llenar y hasta cambiar una vida ordinaria por otra en la cual todos te admiren. Que hay mucha gente que no desea su propia vida, pero no sabe cómo escapar, cómo dejar de ser Juan Pérez (con el perdón de Juanito, por tomar su santo nombre en vano) y volverse un Jack Sparrow o un James Bond. Gente que quiere correr olas con algo más que la tabla de planchar y su embotada imaginación, o que quiere aventarse en paracaídas y volar por los aires sin meterse un troncho. Lo cual es muy fácil si tienes un poquín de coraje o de huevos. Pero claro, el problema está cuando realmente dejas de ser tú y te pierdes en la maraña de tu propia fantasía.  Mentiras, las decimos todos y esta es paradójicamente, la mayor de las verdades, pero eso no es pretexto para olvidar lo que somos y subestimar nuestro valor. Después de todo, más que conocer a Harry, me hubiera gustado conocer de verdad a la persona detrás de la historia, detrás de su máscara veneciana y tener para contarte, no el orgasmo de Sally (que también es más falso que beso de suegra), pero sí , por ejemplo las cosas que uno aprende de los amigos, las huevadas y las estupideces que  se dicen en medio de una conversación en la que ya crees que te vuelves íntimo. Me hubiera gustado conocer al Narrador de cuentos, pero de sus propios cuentos y no de unos robados de la red. Como dicen los sabios (se me ha pegado la filosofía Lama, jeje), de barro estamos hechos y a veces, también, las personas desean reinventarse.

26 dic 2010

Un recuerdo de Navidad...a 364 días de la próxima

Ah!! La Navidad! A veces me pongo a pensar en porqué las personas esperamos siempre “la ocasión” para decirnos lo mucho que nos queremos y desearnos bienestar, amor y paz y todas esas cosas, sinceras o no, que se acostumbran decir, escribir y regalar por ahí. Se me ocurre echarle la culpa al mundo tan acelerado, globalizado, jodido y endemoniado en que vivimos ahora. Ese mundo en donde todos somos como el conejo apurado del reloj de Alicia. Siempre pensando en que llegamos tarde. Y de repente me parece que no es tanto así, porque desde que tengo uso de razón (lo sé, lo del “uso” es cuestionable) recuerdo que la situación era así, con menos revoluciones quizá y más bajos decibeles, quien sabe, pero siempre esperando “el día “para decirnos todo lo que callamos los 364 días restantes.  Estamos totalmente programados. ¡Y luego la ciencia ficción me plantea que las máquinas un día serán como los humanos! En verdad, se me ocurre que no es tan malo expandir un poco el corazón, especialmente cuando lleva años sanforizado, pero a ver, a quién así no más como que en marzo o abril , se le va a dar por decir “mamá te quiero, eres importante para mí y te deseo feliz navidad y próspero año nuevo” ¿no, verdad? Pero pedir una disculpa justo después de que la mandaste con tus actitudes a que se vaya a bañar, pero “in mente” derechito a la mierda, cuenta. Y no, no es que hoy me haya despertado toda moralizadora y con ganas de hacerte creer que de chiquita sacaba diploma en conducta y mi mamá me peinaba con raya al medio, pero ¿sabes? Se me ocurre que he sido muy injusta con algunas personas que no lo merecen y con otras que sí, claro, porqué no, pero me jode un poco pensar en ello justo en estas épocas…¿lo ves? También Yo estoy programada ¡Acabáramos!
El caso es que no es malo tener un pretexto para decir lo que sientes, lo que piensas, para perdonar, para reír, para cantar, para beber y beber y beber , como los peces en el río (y si quieres también , que te suene la pandereta, jeje) pero ya estuvo bueno. A ver si desde ahora, empezando por casa, me corrijo y procedo a intentar ser mejor persona y olvidarme de relojes y calendarios, fechas emblemáticas, chocolatadas y regalos, y me preocupo más por el hoy y el ahora. Como me decían de chiquita cuando no me daba la gana de hacer la tarea los viernes ( ¿alguien es tan monse y hace tareas los viernes?) “no dejes para mañana…” y claro, luego venía el arrepentimiento y el apuro cada domingo a las doce después de la misa♫♪ . Con vals incluido, pero ese es otro rollo.


Y algo que también hacemos en Navidad, y que es lo único capaz de tumbarse mis ánimos, aunque Yo no me dejo (pero cuesta) es la nostalgia por las personas que ya no están. Un truco que tengo para espantar la tristeza que esto me trae es pensar en las cosas chéveres que viví con ellas. Una persona que nunca lograré olvidar, especialmente en estas fechas, es a mi abuela materna. Ella vivía la mitad del año en la sierra, venía a nuestra casa en la quincena de diciembre y se regresaba en julio, exactamente para la fiesta de la Virgen del Carmen, como fiel devota. Era todo un acontecimiento la llegada de la abuelita. Nosotros, sus nietos (recontra convenidos) contábamos los días pensando en las cosas ricas que ella traería. Nada de muñecas, nada de carritos o pelotas. Combo, jama, richi. Traducción : bizcochos y pan serrano, semitas, rosquitas, manjar blanco, máchica (una harina que se tuesta y se come con azúcar), ñuña (un menestra que se revienta en aceite y se come mejor que maní) , cancha, jamones y cuy frito. La abuela se daba el trabajo de viajar en uno de esos carros viejos( modelo coche bomba), que antes eran los únicos que entraban a ese lado de la sierra, por donde el diablo perdió el poncho, cargada de esas cosas para cada familia de sus hijos. Nuestra casa siempre era el punto de reunión en torno a la abuelita. Y nadie acá tuvo la delicadeza de enseñarnos a decirle mamá o mamama o mamita, lo cual hubiera sido muy bonito porque a lo mejor nos hubiera acercado más a esta mujer extraordinaria, prudente y sabia. Yo sí pienso hacerlo con mis hijos, es decir, cuando los tenga (la fábrica se encuentra en etapa de producción, te cuento).

Mi abuela no tuvo una vida fácil. Es más, a veces he pensado que se escapó de alguno de esos libros donde la protagonista es una mujer valiente y osada. De pequeña, su mamá la abandonó y la dejó con su papá y un hermanito pequeño. Sea por el despecho o sepa Dios por qué más, su papá le hizo prometer que por nada del mundo se irían a vivir con su mamá, bajo amenaza de que si él moría, vendría del más allá a jalarle los pies por desobediente. Esto la marcó demasiado y en muchos sentidos. Cuando su papá murió, ella cumplió su promesa y deambuló de tía en tía, hasta que estuvo en edad de vivir sola, pues su hermano también murió pequeño. A veces, la acogían con cariño, otras como la oportunidad de hacerse de una empleada, porque es bien sabido que la gente, y aún más la familia, abusa del que está solo. Pero supongo que las penas que ella vivió le sirvieron para fortalecer su carácter, mientras que la necesidad de habitar un mundo distinto, estimuló su imaginación y ayudó a no dejar de lado su nobleza, esa que siempre demostraba cuando se trataba de ayudar a propios y extraños, sin pedir nada a cambio. Así que la abuela, lejos de ser una mujer amargada, por estos y otros golpes de la vida, era más bien alegre y gustaba de contarnos historias de todo tipo. Mis favoritas, las que más recuerdo, eran los cuentos clásicos que ella se sabía de manera muy diferente. Claro, tenía en su haber muchísimos cuentos de aparecidos y almas en pena, en las cuáles ella se había enfrentado tete a tete con un ser del más allá para que no anden espantando a sus hijos, pero esas no las contaba en vísperas de Navidad . En las historias pre navideñas de mi abuela, las protagonistas siempre hacían algo imprevisto o le sucedían cosas después del “…y vivieron felices por siempre”.


Yo no me supe la versión de librería de la Cenicienta hasta que aprendí a leer. Mi abuela nos contó una en donde la heroína era una joven llamada “Marquita Cenicienta” y su vida no se limitaba a la zapatilla de cristal , sino que luego de casarse con el príncipe, vivía muchas más aventuras. Por supuesto, las hermanastras siempre eran malas (como unas primas suyas) y la hija amaba a su padre y lo perdonaba, pero no había una mamá en la historia. Decía que esos cuentos los aprendió de una viejita que había sido la mujer de un cura español, de quien ella a su vez los aprendió porque en sus tiempos (de la viejita y el cura), las mujeres solamente bordaban, cocinaban y criaban hijos. Mi propia abuela sabía lo elemental como para valerse en la vida, pero nada más. Por supuesto, también nos contaba la historia del Niño Jesús, en las últimas noches frías de Lima. Prendía una velita y se ponía a rezar ante el Nacimiento, con mis hermanos y Yo de compañía, esperando que nos contara lo que hicieron los Reyes Magos y cómo es que la Sagrada Familia huyó para Egipto.
Ella era muy entusiasta con eso de armar el pesebre y es en parte por ella que sigo armándolo cada año e incluso, lo hago en donde me lo pidan. Decía que quien “viste el nacimiento, se va al cielo con zapatos y todo”. Presiento que me faltan unos 1’899,232 nacimientos para conseguir mi indulgencia. Un poco difícil de lograr en esta encarnación, creo. De cualquier manera, el recuerdo de la abuela me acompaña por estos días, aunque para serte sincera, no me deja ningún día del año. Y no porque hayamos sido las mejores amigas. A mí me faltó aprender a tratarla más y mejor. No tuve paciencia con su ancianidad, con el “Abre la puerta. Cierra la puerta. Tengo frío. Tengo calor. Llévame al baño. Abre la ventana. Cierra la ventana…”no acepté que estaba en otra etapa de la vida en donde no podía contar más historias sin cansarse, sin olvidar, porque el Parkinson la agotaba. Aunque no es justificación, Yo era muy joven para comprender que si bien Ella nunca fue especialmente cariñosa con sus nietas, su amor lo traducía de otra manera: haciendo sombreros de rafia para regalarnos o colchas de lana de oveja , que hasta ahora nos protegen del perrísimo frío. O como cuando no nos atracaba ni una sola maña, ni un solo engreimiento y se pasaba de largo ante los berrinches, como si una fuera la hija del vidriero, (ósea totalmente transparente), para dejar que solita te calmaras y volvieras a ser Tú.


Siempre he creído que cuando una persona muy querida muere y la tratamos mal, el remordimiento nos acompaña toda la vida, de tal forma que empezamos a idealizarla, a ver solamente el lado bueno que , cuando vivos, no supimos apreciar. Entonces, somos capaces de ponerle hasta el mismo nombre de la persona ausente, a nuestros hijos, y nos damos golpes de pecho totalmente inútiles a la menor provocación o asomo de recuerdo. He pensado que Yo no quería mucho a mi abuela, porque no la recuerdo de modo sufrido. Pero descubro que tengo más de ella en mí que de mi abuelo, por quien Yo dejaba todo para escucharle, también, contar historias. Creo que no sólo llevo su nombre, si no su marca. Ese deseo enorme de cambiarlo todo a mi gusto y medida, de contar historias para hacerme la existencia más llevadera, de compartirlo todo con los míos como si este fuera el último día de mi vida, o también, esa rebeldía ante las cosas que me parecen injustas. Mis abuelos eran primos hermanos, así que por esas cosas de la sociedad y los prejuicios, nunca se casaron. De haberlo hecho, hay que reconocerlo, no hubieran durado mucho juntos, porque eran las dos caras de la moneda. Mi abuela era una mujer muy disciplinada y responsable, pero mi abuelo era jaranero y mujeriego, cosa que ella no aguantó a la primera y lo despachó en medio de una lluvia de piedras. Seguramente fue su primer amor, del tipo de los cuentos, pero no el gran amor de su vida como sus otras hijas (de una segunda unión) decían, porque ese lugar siempre lo ocupamos su familia.
En Navidad, Yo la siento más cerca, por todas estas cosas que te cuento. Ella siempre está aquí, conmigo, con nosotras, mis demás hermanas y Yo. En el carácter justo de Eli, en la sensibilidad y belleza de Melissa y en el espíritu emprendedor de Yani, por ejemplo. Así, creo que tal vez, cuando estemos en familia, quien sabe con mis futuras sobrinas e hijas, y ya que buena gente como ella no soy, pues no me va a quedar otra que contarles las aventuras que una vez ella nos contaba. Espero hacer honor a "su toque", como cada nieta.
Hoy quiero empezar la aventura de mi abuela, quien con su ejemplo (que vale más que las palabras) me hizo entender que lo más importante es no dejarse vencer por la adversidad y que, si quiero, siempre puedo hacer que la realidad también haga magia. Que lo más importante en la vida, en Navidad, no es lo que tengas para comer, para regalar o para adornar tu casa, sino lo que tienes para compartir, pero especialmente el tener “con quien”. Que no se necesita un día en el año para ser bueno, pero que si podemos hacer un alto para estar juntos, pues bienvenido sea. Que hubo una vez un niño, hijo de un carpintero, tan pobre como seguramente ella lo fue de pequeña, que vino al mundo y cambió la historia, con enseñanzas de perdón y amor hacia los demás, algo que no es difícil de practicar si dejamos de razonar ante todo y nos dejamos llevar por nuestros buenos instintos. Eso y mucho más me dejó como legado y aunque algunas veces no me sale tan bien el tema este, o me dejo llevar por la compulsión de comprar y comprar de una manera tan estúpida, ella anda por ahí dándome las lecciones y me trae en one a tierra firme, como cuando le hacía los berrinches…Y mejor cierro con los recuerdos aquí, de una vez, antes de que se me suba más el azúcar, y porque parece que todavía puedo lavarme los ojos de adentro hacia afuera, pero de la purita evocación, eso sí.






14 dic 2010

Adeste Fideles

Mi amiga Rocío, de cuyo blog Casa Haus soy fiel seguidora, me dió el pretexto ideal para darle y darle a la Navidad :) Hoy hay fiesta en su "casa" y no he querido faltar. La idea es mostrar nuestras casas adornadas en estas fechas. Para mi, decorar es poner el ambiente. Quien diga que la Navidad es de los niños se equivoca. O tal vez le falte agregar que es "de los niños grandes" también. Aunque sean fechas de mucha nostalgia para mi (me hacen falta mis amigas de la vida, las inolvidables chocolatadas con chismes de por medio, los intercambios de regalos...) espero nunca hacer de lado el entusiasmo, seguir mi código genético navideño y mientras Dios me de aliento, reventar y reventar de dicha al escuchar mis villancicos...aunque más de un Grinch por ahí quiera que me meta el disco por ya saben donde, pero nunca me lo diga...y Yo me aprovecho, jeje...sin más preámbulo: esta es mi deco navideña...cha-cháaaaaan!!


Aquél arbolito...este sí es de los clásicos, en rojo y dorado. No guardo mucha uniformidad en los adornos porque me gusta que se note que cada año, le agrego algo nuevo. Algo que espero continúen mis hijos...si acaso no se vuelven  "virtuales " estas cosas.

Papá Noel y Mamá Noela (con su estrella, eso sí !), creación
de mi querida amiga Yaninne Perdicci.

En las columnas, cómo no!

Nacimiento characato (regalito de Piero!), junto a la foto de nuestro suicidio religioso

Estos son de mis favoritos: Papá Noel y sus renos, también hechos
por Yaninne

Este colgante es un recuerdo que trajo mamá Peluche 
cuando fue a Gringolandia. Mi preferido, también.

El Nacimiento es lo más importante para mi. Mi orgullo y mi afán
de cada año. Cuando lo armo, pienso en mi abuela y en esas
noches que pasamos rezando al Niño y contando cuentos...

Detalle del Nacimiento (o pesebre, como lo conocen en otras partes).
Le puse un fondo que compré por ahí y le pegué la estrella de metal
con silicona.

Otro detalle. Mi pastora llevando a sus ovejitas.

Acercamiento a las ovejitas cruzando el río. Me encantan con sus
caras de inocentes.
Y finalmente (porque creo que la estoy haciendo larga), otra vez Papá Noel.
Este es un regalo de bodas que me hizo Yanine. Le prendes su velita y queda
bien cha cha chá.

Un abrazo a Rocío y para todas las bloggers que participan en esta fiesta. Ya me paso a echarles un ojal. Pero antes, las dejo con una musiquita, para poner el ambiente. La gran Enya y la melodía que da título a mi post de Fiesta en Casa Haus!

9 dic 2010

Post Navideño II: Martha Milagros

Érase una vez, el año pasado, en medio de una conversación de amigos de chamba,  que surgió la idea de ir a algún lugar de la ciudad, donde hay personas menos favorecidas que nosotros y compartir algo en Navidad. Al principio, el tema iba por la típica chocolatada con panetón, pero con el paso de los días se nos sumaron más personas a la causa y nos pusimos ambiciosos. Y es que, buscando a quien ayudar, conocimos el Pronoei  “Mis primeros pasos”. Pronoei son las siglas de Programa No Escolarizado de Educación Inicial, a cargo del Ministerio de Educación  y dirigido a niños de 3 a 5 años que viven en zonas marginales o de extrema pobreza. Bajo un enfoque intercultural, un Pronoei, busca rescatar el conocimiento y la valoración de las creencias de cada comunidad, el comportamiento, las prácticas culturales de crianza  y los valores. Los hay en todo el país, como en este asentamiento humano con nombre que suena a heroína de tv novelas : Martha Milagros, donde la arena está por todos lados, en un lugar tan alto que de noche puedes ver la ciudad llena de luces artificiales que parecen una prolongación del cielo estrellado y hasta sientes que lo puedes tocar.
Si bien, el Ministerio les provee del lugar y de la maestra, así como ciertos materiales para que puedan estudiar, todo lo demás corre por cuenta de la comunidad, que es la llamada a ponerse las pilas y procurar el bien de estos niños, ya que el Pronoei, aunque tiene valor oficial, no es  estrictamente una escuela. Pues bien, a veces, cada cual está tan inmerso en sus propias cosas que la indiferencia acaba por acompañarte a todas partes. Digamos que lo que encontramos, en Martha Milagros  fue una casita venida a menos, con las paredes de triplay desgastadas, sin color, con unas llantas de auto  por todo juego, en medio del arenal, con rejas despintadas y sin vida. Totalmente dejada a la buena de Dios y a los esfuerzos de la maestra Esther, que hacía lo que podía para mantener el optimismo y que los niños sigan yendo a clases. 
Entonces, pusimos manos a la obra y la transformamos (como puedes ver en la foto). No fue fácil. Hubo que “tirar lampa”, embarrarse de pintura, levantarse temprano y trabajar en días feriados. Lo cual parecerá imposible si ves nuestros cuerpos decadentes o las pancitas cheleras de los muchachos , pero no te dejes guiar por las apariencias. Todo salió mejor de lo que pensamos. No sólo pudimos resanar el aula de los niños sino, que además nivelamos el suelo, armamos un caminito  y colocamos columpios y una cerca para que estuvieran más seguros y para abarcar otra aula que estaba en desuso. Lo que hizo que las autoridades ya no cerraran "Mis primeros pasos"(sentenciado por falta de apoyo de los pobladores), sino más bien dieran el visto bueno para utilizar la nueva aula y recibir más niños. Todo gracias al buen corazón de las personas que nos ayudaron. A veces no tengo mucha fe en el mundo pero cuando veo que desinteresadamente las personas se ayudan, aún sin conocerse, como que siento que hasta Yo puedo llegar a ser mejor y eso es mucho decir.
El día central, digámoslo así, aparecimos con regalos, Carito y su show de Navidad (con una minifalda que dejó a más de un chibolo confundido :P), Papá Noel, Ben 10 y hartos globos y música. Volvimos a ser como niños, bailamos, cantamos y nos sentimos bien navideños. No faltó el chocolate y el panetón , por supuesto. También se desató una mini batalla campal entre la chibolada por subirse a los columpios y ahí probé que no tengo dotes de madre porque queriendo persuadir, toda cariñosa Yo, a un niñito de que plantarse en lo alto de la resbaladera y no moverse de allí estaba mal, lo hice llorar…y salí disparada, antes de que me tire dedo. Ahí que se maten entre ellos…pero no, la cosa salió bien chévere y hubo tanta alegría que nos quedaron enormes ganas de volver.


Y así, este año, volvimos a Martha Milagros, no con chocolatada porque ya hace calor ( y porque casi se nos quemaron un par de niños el año pasado), sino con otras cosas más fresquitas y nuevo show. El objetivo fue mejorarles el baño, implementar unos juegos didácticos (porque no tienen casi nada)y colocar cemento en por lo menos uno de los patios.  Conmovedor para mi fue ver que, a falta de jueguetes, han hecho una cocinita (de mentiritas) con unas cajitas de cartón dibujadas. Me recordó el ingenio que Yo le ponía a crearme mis jueguetes. Solita me implemetaba el depa completito, jajaja. Un cepillo de lavar ropa era el teléfono inalámbrico , solamente que Yo hacía todo esto por exceso de creatividad y no por que lo necesitara. Imposible evitar un nudito en mi garganta.
Todos quisiéramos que en un futuro cercano, el Pronoei sea de material noble, pero eso va a tomar un poco más de tiempo y quién sabe si tendremos la ayuda, el empuje y las ganas. No me olvido que hasta el corazón más cálido le puede llegar el invierno, pero tampoco que hay algo que se llama esperanza (Oh, aquí puedo insertar la canción de Diego Torres...pero la odio...maaalaaaa). Martha Milagros no es una zona urbana todavía, no hay agua potable, ni calles asfaltadas, ni parques, tampoco desagüe, así que  nos tocaría trabajar mucho. Planes hay y con voluntad, creo que podemos. Sé que la Navidad no es llegar una vez por año a un lugar y dar obsequios. Lo sé muy bien. No se trata de ser gentiles solamente en esas fechas sino más bien, reconocer que no somos perfectos, ni tan buenos como a veces nos creemos, e intentar mejorar. He visto muchas personas ser indiferentes a nuestro proyecto. Algunos prometieron lo que no estaban dispuestos a dar y otros, simplemente pasaron de largo. Pero no los juzgo mal. Cada uno sabe lo que puede dar y da lo que tiene, pero lo escencial es que nos ha quedado en el corazón como una astillita a todos los que pusimos en marcha esto. Un sentimiento de que podemos hacer más y que si nos ponemos las pilas, pues también podemos hacer mucho bien.
Será que me enseñaron que en esta vida, todo va y viene. El dinero, por ejemplo, si bien es básico para vivir, creo que es de naturaleza "circulante", al igual que la felicidad. Hay que dejarlos "fluir" y que se lleven lo mejor de nosotros para que retornen, recargados y mejorados. Guardar pan para mayo, sí, eso es importante, pero también lo es compartir y realmente "dar". Mi abuela decía que en una familia :"Hasta un grano de cancha se parte por la mitad y se comparte. No se come solo". Yo creo fielmente (tal vez con cierta ingenuidad) que todos somos eso:  "familia" y de modo que lo que uno hace por un "hermano", es solo el inicio de una cadena para el bien común. Ir a Martha Milagros y conocer "Mis primeros pasos" no es que haya cambiado mi vida, pero sí me ha hecho sentir mucha tristeza, emoción, fe, esperanza  al ver tantos niños con ilusiones, que te abrazan y te dicen que te quieren porque se dan cuenta que has venido para hacer algo bueno, aunque no entiendan muy bien qué. 
Llevarles un show musical nos ha parecido el mejor método para procurar alegría, pensando un poco que la alegría genera felicidad y la felicidad, motivación. Un niño con motivaciones va a procurar volcar su felicidad  y traducirla en metas, en proyectos, en bienestar para los demás. No digo que sólo por esta única vez, pero me hace feliz pensar que les puede quedar el recuerdo, algo que les haga sonreír. No importa si nunca saben nuestros nombres, importa cómo es que se sienten. 
Comparto esto contigo, no para que pienses que soy buena. Con sinceridad, estoy bien lejos de serlo. Yo, una persona tan egoísta, vanidosa, rencorosa y orgullosa , siento enorme verguenza de no poder ser más desprendida con mis cosas, con mis defectos, por ocuparme tanto de mis problemas, que no son nada comparados con las penurias que estas personas tienen que pasar para poder tener las cosas básicas, como agua o luz, que a mí me sobran. Pero se me ocurrió que tal vez "Mis primeros pasos" te pueda servir de inspiración. Eso que buscamos desesperadamente en los blogs de moda o simplemente en cualquier rincón de la web. Que Yo busco. Hoy quiero traducirlo en otra cosa, en algo que pueda hacerte sentir que la belleza de verdad perdura en tus acciones. No es necesario que lo hagas en Navidad, es más, no DEBES, sino que lo importante es que lo intentes todo el año, toda tu vida através del compartir. Deja ir tu buena suerte,tu bendición o como sea que le llames. Con toda seguridad, retornará a ti, aunque no sé decirte la forma, pero ¿quién te asegura que no va a volver, al menos con una sonrisa agradecida? La niña de esta foto, me abrazó y me dió un beso. Se llama Maité y es todo lo que sé de ella, además que estudia en el Pronoei. No la conozco, no sé quiénes son sus padres,  ni exactamente por donde vive, pero te aseguro que en ese momento y hasta hoy, no me pareció necesario para quererla de corazón.